Eres el hilo que lo conecta todo, me hilvana a la música, al color, a las palabras, a los sentimientos, a la naturaleza,
al pensamiento, al deseo, al espíritu, a la vida.
Antes de encontrarte, yo era un ramo de cosas entremezcladas,
ahora soy una luz única en la que todo está fundido,
aglutinado, amasado sin grumos, procesado,
unificado en el sentido literal del término.
Diste vuelta el cielo para volcarme las estrellas.
Ovillaste el canto para atármelo al alma.
Aunque me quede quieta pongo en movimiento todo lo que construye
al mundo: ternura, alegría, amor.
Me voy abriendo. Y al abrirme, me expando, crezco,
llego a los confines, vuelvo y entro en mí.